martes, julio 26, 2005


Mira por entre las nubes.
Observa los
rayos del sol
y siente como el
agua tibia es absorbida por cada uno de
tus poros.
Saborea la sal que se
pega a tus labios
y cierra los ojos
para que también veas la luz por dentro
de tus párpados.
Respira al mar
que él te lame.
Pisa los gruesos granos
de arena que se mueven por la
acción de las olas.
Escucha la espuma
efervecer después de llegar a la
orilla.
Siéntete oceáno, que húmedo,
él
está dentro de ti.

1 comentario:

Xigna dijo...

Oye pues hasta se me antojò irme un fin a Acapulco, hasta el sol que a veces no aguante me hiciste extrañarlo! chido post...