sábado, enero 17, 2009

A veces pienso que terminar un año no significa nada, pero la mayoría de la veces creo que es la oportunidad de recomponer o de lograr lo que no se pudo con el año viejo.
Este año nuevo me prometí a mi misma tomar las cosas con más calma, tranquilizarme y disfrutar cada sentimiento que se me cruce por la panza, por la mente o por la garganta. Ya pensé en no aguantarme cuando tenga ganas de llorar, de reír, de gritar, de golpear, de fumar, de beber, de besar, de sentir, de dormir, etc, etc. Y es que 2008 fue un año en el que me limite para no hace daño y eso al final me hizo daño a mi. Quizás este 2009 sea un poquito más egoísta pero, no se confundan, es simplemente cuidar un poquito mi corazón de pollo.
No quiero adelantarme a los hechos pero creo que si sigo por este camino pronto llegará algo más bonito y sólo para mi. Y estoy totalmente convencida de que ahora si lo agarro. Zape si no.