Cuando llegué a mi casa el sábado en la madrugada y me tendí en la cama, en mi cerebro burbujeaban many things. Esa noche fue el punto más álgido en esta catársis que por entregas he venido viviendo durante quince días. Y es que ahora puedo mirar, desde dentro de mi, sin aquella bruma, espesa y picante, que impedía ver toda esta luz que me rodea y me negaba a sentir toda esta energía fluyente.
Ahora vuelvo a darles gracias a los que ya se las he dado por estar a mi lado, creyendo en mi y no dejándose convencer por mis actuares aburridos y alienados del pasado; y a quienes no les he dado las gracias, se las ofrezco con un gran cariño y una gran sonrisa ya que ahora puedo entregarme de mil modos diferentes.
Besos a todos...