sábado, marzo 12, 2005

Natalia

Sobre una cama de hojas, Natalia descansaba de soñar.
Quizás soñaba demasiado, o quizás vivía la realidad como un sueño,
Pero siempre, a las seis tenía que descansar.
Las nubes se tejían sobre ella,
y entretejían historias que en su cabeza nacían.
El rocío de la noche mojaba sus párpados,
E iba absorbiéndose por sus poros hasta convertirse en lágrimas.
El cielo comenzaba a albergar a las estrellas,
Y el fulgor de éstas, se fundía con lo efímero de las nubes,
Danzando con la música del infinito.

Mientras, Natalia descansaba de sus sueños
Y observaba maravillada el espectáculo del universo.
Y esto, sólo provocaba que el sueño se prolongara,
Hasta no poder encontrar la línea divisoria entre sueño y realidad.

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