a Joak
Cuando miramos al cielo, nos dimos cuenta de que a las doce de la
noche brillaba una blanca luna llena (¿o nueva? Aún no se diferenciarla) y unas
nubes blancas y tersas, sobre el azul noche del 19-20 de agosto. Miré tus
brillantes ojos negros y me diste un abrazo. Lo que pensé es que ese será el
último abrazo de esta noche, de este mes, de ésta, nuestra despedida
personal.
Siempre, he de confesarte que, de lo que me puedo arrepentir, es de que, lo
que pasó esa vez saliendo del Bull, no llegará a convertirse en lo que deseo
ahora, pues conjugas todos los elementos buscados. Y de nuevo, al volvernos a
separar, ahora, por cuestión de días, solamente, pienso y repienso las miles de
ramas que pudieron nacer de un árbol que comenzaba a gestarse y que en cuestión
de decisiones creció tal y como ahora lo cultivamos.
sábado, agosto 20, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
ELMEJOOOOOR DE LOS VIAJES
Publicar un comentario